Los reguladores mantienen una presión de salida predeterminada constante aunque varíen las presiones de entrada, lo cual alivia las diferencias de presión que pueden producir alteraciones en el área de cobertura de un aplicador. Limita la presión aguas abajo a valores máximos de 15 psi (1,03 bar) por encima de la presión regulada en condiciones estáticas (sin flujo)